La Ley Electoral Canaria debe modificarse por el bien de Canarias

Tras las pasadas elecciones municipales, parece más que evidente que algo tiene que cambiar en Canarias. Todos los grupos, vencedores y vencidos se han dado cuenta que algo va mal, bueno, todos no, puesto que el único partido que se beneficia, Coalición Canaria, aún no ha dicho ni pío.
Las Islas Canarias son un territorio, cuando menos singular. Muy fragmentado, tanto social como políticamente, ofrece un sistema de elección un tanto extraño. Ha sido así desde el inicio de la democracia y tras treinta años de injusticias, parece evidente que se va a ver abocado al cambio, sobre todo tras las manifestaciones del 15M, que entre otras tantas y dispares cosas, así lo pedían.

El sistema actual

En la actualidad, las elecciones al parlamento de Canarias, podría decirse que se divide en dos fases. La primera, por provincias. Canarias tiene dos provincias, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, que se reparten, cada una, 30 de los 60 parlamentarios. Esta primera fase es la que contiene el primer sesgo., aunque sea menor. Las Palmas, con 1,083 millones de habitantes, elige al 50%, cuando tiene el 52% de la población, mientras que Santa Cruz de Tenerife con 1,028 tiene el 48%. Como se ve, esta diferencia es pequeña y podría obviarse, aunque no siempre ha sido tan estrecha.
Dentro de cada provincia se reparte por islas. Las dos islas capitalinas (Gran Canaria y Tenerife), eligen 15 parlamentarios cada uno. O sea, las dos islas capitalinas eligen al 50% del parlamento, pero entre las dos aglutinan el 80% de los electores, por lo que nos encontramos un desfase del 30%. Es de señalar, que en la actualidad, la desigualdad más grande se nota entre El Hierro y Tenerife. El Hierro elige a 3 parlamentarios, el 5% de la cámara pero solo tiene el 0,5% de la población. Tenerife, con el 42% de la población elige al 25% del parlamento. Nos encontramos con que el voto de un habitante de El Hierro vale 16 veces el voto de un habitante de Tenerife.
Por si no fuera poco, los partidos que se presentan solamente en una de las islas, deben obtener al menos el 30% de los votos en dicha isla para poder optar al parlamento o el 6% a nivel regional.

Las alternativas

Alternativas al sistema actual, haberlas, las hay. La primera que se podría plantear es que se elija a un representante obligatorio por isla y que los 53 restantes sean elegidos a nivel regional, con una lista única para todo el archipiélago. También se ha planteado la posibilidad de que exista solamente esta lista única al parlamento sin el sesgo por isla y que sean los propios partidos los que presenten una lista electoral representativa.
Por otro lado, siempre cabe la posibilidad de que existan listas abiertas donde cada ciudadano elija a las personas de los partidos que consideren que más merecen ser sus representantes en el parlamento, aunque dicho sistema, mientras se siga con un sufragio por papeletas y no por medios electrónicos resultaría tremendamente engorroso.
Todo este sistema electoral ha provocado que en estas elecciones, el Partido Popular, con 288.807 votos, haya obtenido 21 escaños, los mismos que Coalición Canaria con 225.757, sesenta y tres mil menos. El Partido Socialista, con 190.310, se ha quedado con 15 y Nueva Canarias con 82.318 ha obtenido 3 representantes. Por ejemplo, con una lista única al Parlamento y eliminando las barreras del 30% y 6%, el Partido Popular habría obtenido 21 (=), Coalición Canaria 16 (-5) , Partido Socialista 14 (-1) , Nueva Canarias 6 (+3) y habrían entrado al Parlamento Asociación Canaria Sí Se Puede, Los Verdes y Unión Progreso y Democracia con 1 representante cada uno.
¿Se cambiará la Ley Electoral? Solo el tiempo lo dirá. Partido Popular, Partido Socialista y Nueva Canarias ya han mostrado su disposición a cambiarla, pero parece poco probable sin el apoyo de Coalición Canaria.

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